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Deja de capacitar y empieza a jugar

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Deja de capacitar y empieza a jugar

Miércoles 3 p.m. Hora de la capacitación: « habilidades en comunicación». Carlos suspendió su equipo. Se levantó de su silla. Suspiró. Bostezó. Se dirigió al lugar del evento. Lo que ni por un momento se imaginó es que iba a tener que estar presente al 100%.


La capacitación se iba a desarrollar mediante una estrategia de gamificación. Carlos se miró extrañado con el resto del equipo.


El juego empezó. Las reglas estaban claras. Los colaboradores solo tenían un minuto para desarrollar cada uno de los retos. Carlos en sus turnos hizo uso de todas sus habilidades para cumplir el objetivo. Dijo cosas extrañas. Hizo gestos ridículos. Fue un minuto, pero a él le pareció una hora. Una vez cumplió el primer reto quiso jugar el segundo y el tercero y el cuarto y así hasta que se acabó la sesión; durante el juego su cerebro liberó serotonina, la hormona de la felicidad.


Es que a los seres humanos nos gusta jugar porque es el espacio seguro donde podemos ser nosotros mismos sin correr riesgos. Nos gusta alcanzar metas y superar obstáculos en corto plazo. La sensación de victoria nos llena de orgullo. El reconocimiento por parte del otro aumenta nuestra autoestima.
Las experiencias de gamificación cada vez están cobrando mayor relevancia dentro de las organizaciones.


El juego es una poderosa estrategia de formación y capacitación dentro de un equipo de trabajo, ya que darle al otro posibilidad de aportar con sus habilidades y destrezas para el cumplimiento de una meta, lo hace sentirse entusiasmado, motivado valorado; esto en definitiva afianza el compromiso, el sentido de pertenencia y la productividad de su labor diaria.


Carlos en el desarrollo del juego tuvo la oportunidad de analizar lo que hizo, tuvo que poner toda su atención en el reto, hacerlo claro y concreto para poder transmitir lo que necesitaba transmitir. Tuvo que pensar en lo lógico, lo ilógico, lo coherente e incoherente. Comprendió que lo que hizo en el juego también lo puede aplicar en la cotidianidad de su vida.


¿Y tú cuándo vas a invitar a tus colaboradores a jugar dentro del horario laboral?

Te compartimos una experiencia divertida para hacer en un minuto.

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